En los últimos años, los incendios forestales, la incidencia de plagas y enfermedades, y el bajo precio de la madera de coníferas han tenido efectos muy negativos sobre la superficie forestal dedicada al cultivo de estas especies. Esto ha provocado la desaparición o transformación de pinares, lo que ha levantado la alarma en la industria de la madera, que ve peligrar, a medio plazo, el suministro de madera de coníferas de calidad para las cadenas de producción. Como resultado, muchos silvicultores han perdido la confianza en la rentabilidad económica de las plantaciones. Este desánimo se ha propagado entre los productores, como han expresado reiteradamente las asociaciones de propietarios de montes.
En la última década, ha surgido una serie de patógenos forestales (fusarium, nematodo del pino, bandas roja y marrón, entre otros) que amenazan estas masas forestales, pudiendo causar graves daños ecológicos e incluso la muerte de los pinos. Además, el cambio climático introduce condiciones meteorológicas extremas que podrían dificultar el crecimiento de las coníferas y complicar la adaptación de los modelos de manejo silvícola. Estas circunstancias tienen un fuerte impacto económico sobre el sector forestal. Lo que provoca que las previsiones no sean muy alentadoras, ya que, en un mundo globalizado, nuevas plagas y enfermedades pueden llegar y dañar nuestros pinares. Sin embargo, muchas de las nuevas plantaciones aún no se realizan con Material Forestal de Reproducción (MFR) adecuado y de alta calidad genética. Además, la cantidad de MFR resistentes a estas enfermedades es aún insuficiente, y su eficacia en campo no ha sido comprobada.
Para abordar este problema, es esencial conectar todo el sector forestal, asegurando que los avances obtenidos en investigación se transfieran en el menor plazo posible a todos los actores del sector (viveros, empresas de servicios, propietarios). Por ello, es de vital importancia promover proyectos de innovación en los que participen centros de investigación, empresas y asociaciones de propietarios. Estos proyectos deben desarrollar espacios, como los bosques laboratorio, que sirvan como parcelas de investigación y demostración para comprobar el comportamiento y la adaptación de los distintos MFR a diferentes condiciones climáticas y edáficas, así como para experimentar con itinerarios silvícolas resilientes frente al cambio climático.
Los montes de coníferas generan la materia prima que sostiene a la mayor parte de la industria de madera de aserrío y de madera técnica del país. Se estima que más del 70 % del volumen de madera de coníferas que consume la industria maderera en España proviene de masas arboladas de estas especies. La industria de primera transformación de la madera, incluyendo aserraderos, fábricas de tableros y biomasa, está mayoritariamente asentada en Galicia, Castilla y León, y País Vasco, y en su mayoría está instalada en áreas rurales.
Ante estas necesidades de mejora en el sector, el proyecto PLANFORLAB emerge como una solución innovadora, proponiendo abordar de manera integral los problemas del sector y planteando soluciones que favorezcan la sinergia y colaboración industrial. A continuación, se detallan los problemas y oportunidades que aborda este proyecto.
La creciente presencia de plagas como el nematodo del pino, fusarium y bandas marrón y roja representa una amenaza directa para la salud de los bosques de coníferas. Estas plagas pueden afectar la viabilidad del material genético mejorado y complicar los ensayos.
Las condiciones climáticas extremas, derivadas del cambio climático, pueden alterar el crecimiento de las coníferas y la efectividad de los modelos de manejo selvícola, dificultando la adaptación de los bosques a nuevas condiciones ambientales y aumentando su vulnerabilidad a plagas.
Asegurar la colaboración de los propietarios de terrenos para establecer los bosques laboratorio puede ser complicado. Existen diversas perspectivas sobre el uso de la tierra, y algunos propietarios pueden mostrarse reticentes a comprometerse a largo plazo.
La obtención de fondos adecuados es fundamental. La falta de financiación puede limitar el alcance de las actividades planificadas, afectando la implementación de los protocolos de monitoreo y la producción de material genético.
La necesidad de técnicas avanzadas para la caracterización y propagación de material genético puede requerir capacitación adicional para los involucrados y acceso a tecnologías que no siempre están disponibles.
La transferencia de conocimiento y la adopción de soluciones innovadoras en el sector forestal pueden ser un desafío, especialmente si los resultados no se comunican de manera efectiva o no se alinean con las necesidades de los propietarios y gestores forestales.
La implementación de técnicas avanzadas, como la embriogénesis somática y el enraizamiento de estaquillas, permite la creación de material genético de alta calidad, mejorado para resistir enfermedades y plagas, lo que abre nuevas posibilidades en la gestión forestal.
El proyecto fomenta la colaboración entre diferentes comunidades autónomas, lo que puede resultar en un intercambio enriquecedor de conocimientos y experiencias, mejorando las prácticas y estrategias en el manejo de bosques a nivel nacional.
Las actividades de divulgación y comunicación pueden aumentar la conciencia sobre la importancia de la gestión sostenible de los bosques y la investigación en el sector, potenciando el apoyo público y la participación en iniciativas de conservación.
La creación de modelos selvícolas adaptados al cambio climático puede resultar en prácticas más sostenibles y resilientes, beneficiando tanto a los ecosistemas forestales como a los productores.
La implementación de una plataforma digital para el monitoreo y el intercambio de datos puede facilitar la cooperación entre investigadores y gestores, mejorando la eficiencia en la gestión de los bosques y la toma de decisiones informadas.
Con el creciente interés por la sostenibilidad y la bioeconomía, las innovaciones desarrolladas en el marco de PLANFORLAB pueden posicionar al sector forestal como un líder en la producción de recursos renovables, contribuyendo a la economía circular.
El desarrollo de investigaciones y la publicación de resultados pueden contribuir al avance del conocimiento en silvicultura y mejorar la reputación de las instituciones participantes como referentes en la gestión forestal.